¡Llegó el frío! ¿Cómo afecta a nuestra salud bucodental?
Aunque son varias las alteraciones que pueden producirse en nuestra boca por efecto de las bajas temperaturas, querríamos destacar que:
– Con las bajas temperaturas consumimos una mayor cantidad de bebidas calientes y dulces (café, chocolate, etc.). Los estímulos que estas sustancias provocan pueden poner al descubierto la sensibilidad dental debido a que la dentina que conforma el interior del diente estaba expuesta previamente, pero se ve afectada por estos ataques que causan dolor.
– El dolor de garganta debido al frío que provoca irritación asociada normalmente a las infecciones por bacterias o virus transmitidos con facilidad al pasar más tiempo en el interior, en locales cerrados y con gente alrededor.
– Nuestros labios también sufren. Su piel es muy fina y porosa; la capa interna (mucosa) no tiene glándulas sebáceas y los labios permanecen húmedos continuamente por acción de la saliva. El frío hace que se resequen y se agrieten provocando dolor.
Aunque la mejor opción es la prevención y evitar que el frío afecte a nuestra boca, se recomienda:
-Una buena higiene dental en cualquier época del año para evitar que se produzca la afectación del esmalte y que la dentina quede expuesta y se produzca el dolor y la sensibilidad dental.
-Mantener una hidratación adecuada para que no se resequen los labios y la garganta. Pueden aplicarse barras de labios hidratantes adaptadas a todas las edades y ha de beberse mucha agua para evitar que se irrite y seque tu garganta.
– Limitar el consumo de azúcar para que no se vea afectado el esmalte dental.
– Evitar los alimentos y bebidas ácidos que alteran el equilibrio de tu boca y afecten al esmalte.
– Reducir las bebidas muy calientes pues son un estímulo muy fuerte para generar el dolor que caracteriza a la hipersensibilidad dental.
– Tomar vitamina C porque favorece el funcionamiento del sistema inmunitario. Su carencia puede provocar sangrado de encías, debilitamiento del esmalte dental, gingivitis, etc. Presente en frutas ácidas (naranjas, kiwis, limones, etc.) por lo que debes lavar la boca con agua tras la ingesta para evitar la acción corrosiva del ácido.
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