El embarazo reporta cambios fisiológicos que pueden acarrear algunos trastornos de nuestro organismo, en general, y de nuestra boca, en particular. Conocerlos puede ayudar a prevenirlos.
Durante el embarazo se produce un desequilibrio de la microbiota oral y un incremento de la permeabilidad vascular, así como náuseas y vómitos. Las principales repercusiones orales de estos cambios pueden ser enfermedades periodontales, movilidad dentaria, caries, epulis gravidarum (tumor o granuloma del embarazo), erosión dental, xerostomía, sensibilidad dental y halitosis.
Cómo prevenir los trastornos bucodentales del embarazo
Algunas pautas saludables, como evitar el consumo de tabaco y alcohol, reducir la ingesta de productos cariogénicos o practicar ejercicio moderado, ayudarán a prevenir la aparición de estos trastornos. La realización de enjuagues bucales ayudará a prevenir la erosión dental o el mal aliento, consecuencia de los vómitos característicos, especialmente durante el primer trimestre. Unas buenas técnicas de higiene bucal, como el cepillado y la limpieza interproximal con las sedas, cintas y cepillos interproximales, ayudarán a controlar la aparición de biofilm dental. Para potenciar este control mecánico podemos, además, ayudarnos de productos químicos: un antiséptico de uso diario con cloruro de cetilpiridinio (CPC) mantendrá nuestras encías sanas y nos ayudará a combatir la gingivitis. Si nuestro odontólogo nos ha diagnosticado periodontitis, será necesario tratamiento profesional y el uso coadyuvante de un antiséptico que contenga 0,12% CHX+0,05% de CPC. Posteriormente, para controlar el biofilm, será necesario realizar un mantenimiento con 0,05% CHX+0,05% CPC.
La relación con el dentista
Si se tienen de unas encías sanas, bastará con un control periodontal, realizando visitas de revisión en el primer trimestre y el tercero (semana 28-30), además de una visita posparto.
Si, por el contrario, se sufre alguna enfermedad periodontal, deberá tratarse adecuadamente. Durante el primer trimestre pueden realizarse procedimientos simples, como el control de placa, profilaxis o tratamientos de urgencia; sin embargo, tratamientos más invasivos, como el raspado y alisado radicular, serán indicados, por lo general, solo en el 2º trimestre, o posponerlos hasta después del parto.
En la consulta del dentista también deberemos tener en cuenta algunos aspectos más allá del tratamiento: a partir del 2º trimestre, deberemos acomodarnos en el sillón manteniendo la cabeza más elevada que los pies en una posición que permita cambiar de postura con frecuencia; es aconsejable recostarse ligeramente inclinadas hacia la izquierda, con un cojín bajo la cadera derecha para evitar mareos o náuseas debido a la hipotensión. Las pruebas radiográficas pueden realizarse durante todo el embarazo, si son estrictamente necesarias. La única precaución que habrá que tomar es contar con la debida protección de un collarín y delantal de plomo.