Muchas veces para alcanzar lo que se pretende se requiere tener que pasar o hacer un trabajo “penoso” o sacrificio y ello vale la pena porque el resultado final nos llena y es agradable.
A partir de esta semana, proponemos poner en práctica todos los conocimientos hasta ahora publicados en esta sección y así hacer efectivo todo aquello que hemos ido comentando; de modo que ahora toca ¡trabajar! en nuestra boca para conseguir una correcta higiene.
Para ello nos centrare mos en el uso y técnica adecuado de los cepillos y la seda dental. En primer lugar y con un cepillo adecuado, en general de textura de filamentos media, cerdas artificiales y mango recto iniciamos la técnica del cepillado básico. ¡Ojo! con derrochar agua con el grifo abierto mientras nos cepillamos, mejor usar un vaso para el enjuague.
El objetivo del cepillado es eliminar la placa bacteriana y otros residuos de alimentos de las caras externas, internas y de masticación de los dientes; para ello haremos lo siguiente:
Primero:
Colocaremos el cabezal del cepillo (con un poco de dentífrico) a lo largo de los dientes, con la punta de los filamentos en ángulo de 45º hacia el borde de las encías. Los movimientos pueden ser circulares, horizontales o combinados, el objetivo es eliminar la placa que hay debajo de la encia (surco subgingival).
Segundo:
Con el tipo de movimiento seleccionado haremos lo mismo, pero con el cepillo a 90º con las superficies exteriores e interiores de todos los dientes siguiendo el contorno de las encías.
Tercero:
Igualmente actuaremos en las superficies oclusales o de masticación, colocando los filamentos del cepillo sobre ellos y realizando movimientos en dirección horizontal.
Cuarto:
Por último cepillaremos las superficies interiores de los incisivos superiores e inferiores colocando el cepillo en posición vertical y haciendo varios movimientos suaves arriba y abajo.
Es importante seguir siempre una secuencia, y no dando saltos de un lado a otro de la boca, tanto en el inicio y final del recorrido del cepillado de nuestra boca, como también en cuanto a la duración o tiempo que hemos de invertir.
Aconsejamos dividir la boca en 4 cuadrantes y empezando por uno (ejemplo, superior izquierdo, continuar con el resto en el sentido de giro de las agujas del reloj y terminar en el inferior izquierdo) recorrer así toda la boca, nuestros dientes en todas sus caras y las encías. También podríamos hacer toda la parte superior tanto derecho como izquierdo, primero y después la parte inferior. Así siempre sabremos si hemos pasado el cepillo por igual en toda la boca.
La duración de un cepillado correcto nos debe llevar entre 2 y 3 minutos, repartidos proporcionalmente en los 4 cuadrantes.
Terminamos nuestra higiene pasándonos la seda dental entre los dientes, utilizando cepillos inter-proximales y no olvidándonos de que la lengua también la hemos de cepillar; finalizando la tarea de la higiene con un enjuague con colutorio bucal.
Este “trabajo” se ha de hacer 2 o 3 veces al día, tras las comidas principales. La constancia nos dará con el tiempo una recompensa: Dientes li-bres de placa, encías sanas y buen aliento.