La pauta de tratamiento la aplican diferentes especialistas, atendiendo a la globalidad del paciente. De forma inicial es indispensable una rigurosa exploración física que permite valorar los rangos de movimiento, asimetrías, deformidades, compensaciones u otras alteraciones del organismo.
Al evaluar al paciente y observar, por ejemplo, cómo se mantiene de pie, cómo camina, la posición que mantiene en su trabajo, desde su apoyo plantar en estática y dinámica o cómo se comporta su columna, se obtienen datos que condicionan y revelan información sobre lo que sucede en su mandíbula y su oclusión dental.
Posteriormente, después de estudiar a cada paciente y evaluarlo individualmente se propone un tratamiento odontológico:
- El tratamiento puede requerir desde la colocación de una férula rígida para mejorar los síntomas, o bien auto medidas más sencillas como la aplicación de calor o el seguimiento de una dieta blanda, así como la prescripción de determinados fármacos.
- También se puede realizar un trabajo de fisioterapia, osteopatía, podología y de (odonto) posturología con un amplio abanico de posibilidades terapéuticas para el tratamiento de la patología. Entre otras, las técnicas manuales y de reeducación posicional pueden ser de gran ayuda para la recuperación del paciente.
Si se detectan síntomas de una afección ATM, es recomendable contactar con un dentista especializado, cuanto antes se diagnostique y se trate la afección mejor.
Evitar acciones que agraven la afección ATM o los músculos de la cara, por ejemplo, masticar goma de mascar (chicle), apretar o rechinar los dientes, abrir la boca más de lo normal cuando se bosteza.
Es recomendable reducir el estrés mediante la práctica de ejercicios de respiración y haciendo ejercicio físico. También se recomienda aplicar compresas frías o calientes a los costados de la cara, ya que suele aliviar el dolor.
Si el dolor es intenso o no desaparece solo, es indispensable consultar con un médico o un dentista lo antes posible.