Como padre, cuidar la salud dental de tus hijos es un reto del día a día. Convencerlos de que cuiden no romperse un diente en una actividad peligrosa y que se cepillen bien es una tarea ardua.
Después de todo esto, escuchar que rechinan sus dientes es el inicio de la desesperación. Se llama bruxismo cuando tu hijo de forma consciente o inconscientemente aprieta y hace sonar sus dientes.
Ocurre de día o de noche, pues este mal hábito no repara en la hora. Su aparición temprana comienza con la etapa de dentición que se produce a los 2 años de edad.
Si esto le está sucediendo a tu hijo, pon mucha atención, ya que normalmente tiende disminuir progresivamente a partir de la aparición de las muelas y de los dientes incisivos. Sin embargo, si se mantiene después de los 6 años, es hora de actuar con más determinación.
¿Qué provoca el bruxismo infantil?
En la mayoría de los casos, el bruxismo infantil es la consecuencia de factores psicológicos como:
- Estrés
- Ansiedad
- Tensión emocional
Es difícil creer que un menor de edad pueda sufrir de estos males. Pero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó que, en España, el 30% de los niños se han sentido agobiados o estresados en algún momento.
Esta cifra llega al 50% cuando hablamos de los jóvenes de 13 años o más. Sin duda, son números alarmantes.
Te preguntarás los motivos de ese estado psicológico que padecen los infantes. Pues, hablamos de las actividades extra escolares, largas jornadas de estudio, presión que sienten por parte de sus padres, angustias propias de la edad y presión de la sociedad.
Otros factores secundarios
Todo indica que la ansiedad y estrés son la causa principal. Sin embargo, en segundo lugar, tenemos que algunos desajustes odontológicos también ocasionan el bruxismo infantil. Así que, aunque tu hijo sufra de miedo al dentista, no dudes en llevarlo si presenta:
- Mala oclusión
- Mal encaje de los dientes
- Alteraciones maxilofaciales
Estas son tres causas odontológicas que debes descartar con una visita al dentista. Sea cual sea el origen del bruxismo infantil en tu hijo, debes saber que este mal ocasiona:
- Dolor de cabeza, oído, cuello, espalda y mandíbula
- El desgaste de las piezas dentales
- Sueño poco reparador
- Déficit de atención
Si no hay dolor, no te preocupes
Debes saber que no siempre el bruxismo infantil es una señal de un mal mayor. Pues, entre los 2 y 6 años se produce un desgaste normal de las piezas dentales debido a los movimientos masticatorios.
Ese rechinar de los dientes no debe ser preocupante sino causa dolores en el niño. Más bien, en ciertos casos es necesario para propiciar el crecimiento de los maxilares en los pequeños. Recuerda: si no hay dolor, no tienes absolutamente nada de qué preocuparte.
¿Cómo tratar el bruxismo?
Ya sabes que el factor psicológico entra en juego cuando tu hijo padece de bruxismo. En este sentido, lo primero que debes hacer es visitar un especialista para que indague cuáles son las preocupaciones del infante. De esta manera, evaluarás su salud mental. Puede que a veces pasemos por alto este elemento, pero es de los más importantes.
Primera fase del tratamiento
En la mayoría de las ocasiones, el tratamiento se realiza en dos etapas. En la primera, con la guía de un dentista infantil, el niño se debe proteger la dentadura con una placa removible a la hora de dormir.
Junto con esto, es importante realizar exámenes de oclusión dentaria y luego hacer los ajustes pertinentes.
Segunda fase del tratamiento
En la segunda etapa, como padre, asegúrate de que tu hijo adquiera buenos hábitos antes de dormir como:
- Evitar ver televisión
- Prescindir de alimentos o productos estimulantes, como el chocolate, gaseosas y dulces en general
- No usar videojuegos ni practicar juegos bruscos
- Generar un ambiente de relajación para garantizar un buen descanso
Es importante que lleves a tu hijo al odontólogo a partir de los 4 años para que aprenda los principios básicos de una buena higiene bucal.
Paso a paso
Ahora te señalaremos algunos pasos más concretos para disminuir los efectos del bruxismo infantil. Estos son:
- Antes de dormir, elimina cualquier actividad física o mental. Evita que practique ejercicios que lo dejen extenuado y que necesiten mucha dedicación.
- Aplicar técnicas de relajación. Puede ser un baño relajante, aromaterapia o la lectura de algún cuento. Lo importante es que, antes del sueño, no esté triste, ni molesto.
- Evita que se muerda las uñas o los labios. O bien, algún objeto, como los lápices, pelotas, entre otros.
- Trata de que no se quede dormido con la televisión prendida.
- Llévalo al dentista Así detectarás cuál es la causa de su bruxismo. Además, reconocerás a tiempo si amerita o no un tratamiento odontológico.
En definitiva, es importante que estés atento a la evolución del bruxismo y a la intensidad en que se presenta. Apenas aparezca una señal, llévalo al dentista.
Este especialista determinará el grado de complejidad del caso y si la causa es estrés o ansiedad o factores odontológicos. De esa manera, sabrás cuál debe ser el tratamiento adecuado. Recuerda que no todos los casos son iguales.