Desde los primeros instantes de vida y crecimiento, el feto comienza ya a desarrollar las estructuras que formarán la boca, los dientes, el paladar, los labios o la lengua, entre otras. Previo al nacimiento del recién nacido los especialistas realizan controles de salud para comprobar el adecuado crecimiento y prevenir posibles problemas.
Entre las alteraciones bucales que se pueden encontrar en el recién nacido se hallan los quistes gingivales y del rafe medio palatino. Los quistes gingivales, suelen ser raros tras los tres meses de vida ya que van desapareciendo, son estructuras epiteliales embrionarias que se localizan tanto en los rebordes alveolares, los gingivales, como en la línea media del paladar duro, en el caso del quiste del rafe medio palatino.
Los quistes gingivales, o también llamados perlas de Epstein, muchas veces son confundidos por los padres con el nacimiento de los dientes de leche, pues tienen una apariencia blanquecina. No requieren por lo general ningún tratamiento y desaparecen.
El recién nacido también puede padecer en la boca quistes de erupción. Son lesiones benignas de los tejidos blandos y suele estar relacionado con la erupción de dientes. Según estudios surge de la acumulación de fluido o sangre en el espacio folicular y se manifiesta como un edema en el reborde alveolar. A simple vista puede provocar alarma pues el quiste puede tener un color negro azulado si es por acumulación de sangre. Si es persistente durante varios días es conveniente consultar con el especialista médico ya que puede estar obstaculizando que el diente rompa normalmente la encía.
La lengua también puede ser lugar para la aparición de alteraciones más o menos problemáticas en el recién nacido. Entre esos problemas destaca la úlcera lingual traumática, denominada enfermedad de Riga-Fede. Es una enfermedad benigna y poco común que se caracteriza por ulceraciones en la lengua. Está causa por el rozamiento continuo de la lengua contra los incisivos inferiores, una vez que estos ya han aparecido. Aunque lo más normal es que aparezca en la boca, también podría aparecer en labio, paladar u otras mucosas bucales.
La úlcera lingual traumática es una afección molesta, pues suele limitar la alimentación. El tratamiento suele conllevar el pulido o tallado de los incisivos inferiores o incluso la protección con fundas de los dientes.
Por último, otra alteración que también afecta a la alimentación, al limitar los mecanismos complejos de succión de los bebés durante la lactancia, es la anguiloglosia o frenillo lingual corto. Así, la lengua se encuentra limitada y sujeta al suelo de la boca y no puede realizar los movimientos necesarios para que el recién nacido pueda mamar.
El frenillo lingual se encuentra bajo y dentro de la lengua. Sin embargo, durante el desarrollo embrionario, en algunas ocasiones, los músculos hiogloso y geniogloso se separan mal, quedando el frenillo totalmente fuera de la lengua. La solución es la frenotomía, es decir, una incisión con anestesia local para seccionar el frenillo, el cual fuera de la lengua no tiene ninguna función específica por lo que no perjudicará dicha intervención al bebé y su futuro desarrollo.
Este tipo de alteraciones son fácilmente detectables por el pediatra y el odontopediatra gracias a los numerosos controles que existen sobre el recién nacido, y todas ellas tienen solución y tratamiento en caso de requerirlo.
Fuentes:
Blog Salud Bucal. “Alteraciones de la erupción de los dientes”
Acta Pediátrica Mexicana. “El diagnóstico del pediatra ante la patología bucal benigna del recién nacido”
Revista ADM. “Alteraciones bucales del recién nacido”